Conocer la historia de la persona es un paso imprescindible para que él cliente pueda establecer un rumbo profesional y vital. Pero para ello debemos distinguir tres conceptos de la historia diferentes:

1.- La Historia actual:

Narra los hechos de forma objetiva e histórica; por ejemplo: nací en Barcelona, tengo tres hermanos, cuando nací mis padres tenían tal edad, estudié en un colegio de religiosos, mi padre era médico y mi madre enfermera. Me licencié en derecho. Trabajé en la empresa tal y cual etc. Es decir, se trata de una descripción de hechos objetivos que enmarcan nuestra realidad en un contexto.

2.- La Historia sentida:

Explica los hechos dando espacio al sentimiento; así, por ejemplo: tengo tres hermanos con los que me llevo muy bien. Mi infancia fue a veces triste porque pasaba mucho tiempo solo. Mis padres me dieron muchos valores, pero a veces echaba en falta más cercanía. En la universidad me lo pasé en grande alternando, estudios, amigos y fiestas. En él trabajo actual no me siento valorado y pienso que difícilmente ascenderé. No sé si me gusta a lo que me dedico y a veces me siento un poco ignorado.

3.-La Historia narrada:

Esta es la más importante porque es la que nos contamos a nosotros mismos y sobre la que podemos actuar y a veces cambiar él pasado.

Un ejemplo podría ser: “Creo que no soy tan inteligente como mis hermanos y amigos ya que ellos han destacado y progresado mientras que yo por el contrario siento que no he cumplido con las expectativas familiares a pesar de tener numerosas oportunidades. A veces incluso me avergüenzo de mí mismo y me gustaría desaparecer en una isla remota para que no se rían de mí”.

La forma de abordarlas es en él mismo orden en que son expuestas.

Pongamos un ejemplo: María pide hora y ya en la conversación telefónica previa a la primera sesión me indica que: “No sabe a qué dedicarse ni que le gusta” Por esta razón acude a mí para que la ayude a saber (en palabras suyas) “cuál es su vocación”. En definitiva, quiere que la ayude a trazar un proyecto profesional.

En la misma conversación le explico mi forma de trabajar y ya le adelanto que las dos o quizás tres primeras sesiones las dedicaremos a recoger muchos datos para intentar enmarcar su realidad.

Como él lector deducirá la confianza con él cliente se establece poco a poco y de esta manera se dedicará la primera sesión a la obtención de datos más objetivos y carentes de emociones como es la Historia Factual y a partir de aquí entraremos en la historia sentida y después narrada. Esto no quiere decir que fruto de una buena relación instaurada desde un principio o con clientes que ya se han trabajado a sí mismos se mezclen datos perteneciente s a las tres clases de historias en un mismo momento.

En todo caso hemos de partir de las siguientes premisas.

1º) la historia factual no se puede cambiar ya que está constituida por hechos históricos y contrastados. Por ejemplo (En la universidad obtuve varias matriculas).

2º) La historia sentida tampoco podemos cambiarla; dado que es lo que sentimos y valga está afirmación como sentencia. “Los demás pueden cuestionar si lo que decimos es cierto o no; pero nunca podrán cuestionar lo que hemos sentido” De esta manera podrán decir que fue mal interpretado una determinada acción; pero independientemente de eso nunca podrán cuestionar como nos sentimos en aquel momento ante ella.

Lo más que podemos aspirar en esta parte es a completar e informar aquellos hechos que nos hicieron sentir de una forma determinada; por ejemplo, a la afirmación de “que me sentí muy solo en mi infancia y mi padre no fue cercano”; podremos añadir después de haberlo sabido que nuestro abuelo educó a nuestro padre en la severidad y estricto cumplimiento del deber y por tanto nunca le enseñó a dar espacio a los sentimientos. Y entonces es cuando empezamos a comprender y posiblemente a empatizar más.

3º) La historia narrada es la más importante para nosotros porque es sobre la que podremos trabajar ya que es una conclusión formada por todas las experiencias vividas, recordadas y no y que nos va a permitir afrontar la vida como autor-creador o como víctima.

Como en él ejemplo que dimos en él primer caso; que diferente, es decir:

No he llegado al nivel requerido en mi trabajo y me han despedido”.

a

Como no me gustaba mi trabajo, aunque no podía admitirlo he hecho todo lo posible para que me despidiesen”.

Seguimos en próximas publicaciones.

Luis Carlos García

Author Luis Carlos García

More posts by Luis Carlos García

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar